Qué pasa en el cerebro de una persona con ansiedad

Se confirma el papel de la ansiedad y sus efectos en el cerebro. Un aumento da paso a anormalidades en el funcionamiento de varias áreas, especialmente en el sistema nervioso autónomo. Esto puede conducir a numerosos trastornos, incluidas las enfermedades cardiovasculares y los trastornos psicosomáticos.

¿Cómo reacciona nuestro cuerpo ante la ansiedad y el estrés? Repasamos 10 aspectos de la salud que se resienten cuando una persona sufre episodios de ansiedad y aumento del estrés.

  1. Problemas de garganta. Que la voz se vuelva ronca es una reacción inmediata ante situaciones estresantes. Cuando tiene ansiedad, los líquidos se desvían a áreas clave del cuerpo, lo que provoca espasmos en los músculos de la garganta. Esto produce opresión y rigidez, que resecan la garganta y dificultan la deglución.
  2. Reacciones hepáticas. Cuando el cuerpo atraviesa momentos de estrés y ansiedad, el sistema suprarrenal produce una cantidad excesiva de la hormona del estrés llamada cortisol. Cuando se genera esta hormona, el hígado produce más glucosa, el azúcar energético en la sangre que se encarga de las reacciones naturales de nuestro cuerpo. Para la mayoría de las personas, esta cantidad adicional de azúcar en la sangre se puede reabsorber sin muchos problemas. En cambio, para aquellos con riesgo de diabetes, este azúcar adicional podría provocar problemas de salud.
  3. Reacciones cutáneas. Que el sudor frío o las mejillas rojas, consecuencias de un cambio en el flujo sanguíneo, son las respuestas inmediatas del organismo ante una situación estresante. Cuando experimentamos ansiedad, el sistema nervioso simpático envía más sangre a los músculos. Esto podría acelerar el envejecimiento de la piel. Otras reacciones también incluyen sudoración e incluso un aumento de la histamina, lo que puede provocar inflamación.
  4. La actividad del bazo. La ansiedad no solo afecta a órganos tan evidentes como el cerebro o el corazón, sino también al bazo e incluso a las células sanguíneas. Para distribuir más oxígeno al cuerpo bajo estrés, el bazo libera glóbulos rojos y blancos adicionales. El flujo sanguíneo también aumenta en un 300-400% durante este proceso para preparar el resto del cuerpo para las necesidades adicionales.
  5. Tensión en los músculos. Cuando comienzas a sentirte ansioso, tu cuerpo se tensa de forma natural, creando presión sobre los grupos musculares más grandes. El estrés crónico y la ansiedad a menudo exacerban esta tensión, lo que puede provocar dolores de cabeza, hombros rígidos, dolor de cuello e incluso migrañas.
  6. Corazón. Las personas que sufren de ansiedad crónica y estrés tienen más riesgo de sufrir problemas cardiovasculares debido al aumento constante de la frecuencia cardíaca, la presión arterial alta y la sobreproducción de cortisol.

    ansiedad

    El estrés a largo plazo también está relacionado con la presión arterial alta, la arritmia, los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos.

  7. Los pulmones. Hay estudios que han demostrado el vínculo entre la ansiedad y el asma. Las personas con asma también tienen más probabilidades de experimentar ataques de pánico.
  8. El cerebro. La reacción más común a la ansiedad es la respuesta psicológica a esa condición. Afecta ciertas áreas del cerebro que influyen en la memoria a corto y largo plazo y en la producción de sustancias químicas, lo que puede provocar un desequilibrio. Además, el estrés crónico puede activar constantemente el sistema nervioso, lo que a su vez puede afectar otros sistemas del cuerpo, generando reacciones físicas, como cansancio y desgaste, entre otras.
  9. Sistema inmunológico. La exposición al estrés puede causar estragos en el sistema inmunológico, debilitando sus funciones. Algunos estudios han encontrado que cuando está estresado, también es más probable que se resfríe y sea más susceptible a infecciones e inflamaciones.
  10. Estómago. El estrés crónico y extremo también puede tener efectos a largo plazo en los intestinos y la absorción de nutrientes, lo que puede provocar acidez estomacal, hinchazón, diarrea y, a veces, incluso pérdida del control intestinal. A largo plazo, también pueden alterar el metabolismo, lo que puede conducir al sobrepeso e incluso a la obesidad. La liberación constante de cortisol en el torrente sanguíneo puede reducir la sensibilidad a la insulina.

Infórmate sobre la ansiedad

En primer lugar, para saber qué decirle a una persona con ansiedad, es fundamental que sepas qué es la ansiedad. es y que puedes reconocer sus signos. Ser capaz de reconocer estos signos de ansiedad le permitirá saber cuándo su amigo, familiar, pareja o pareja tiene miedo o sentimientos de miedo.

¿Qué ocurre si la ansiedad persiste durante largos periodos de tiempo?

Si la persona permanece expuesta a la ansiedad o al miedo, debido a una situación de estrés prolongado o a patrones irracionales de pensamiento, el cerebro, con percepción constante de amenazas, comienza a experimentar degeneraciones estructurales y funcionales, tales como:

  • Aumento de tamaño e hiperactividad de la amígdala. Esto les hace valorar cualquier situación como amenazante.
  • Corteza prefrontal hipoactiva. Lo que impide una adecuada regulación emocional.
  • Atrofia del lóbulo temporal medial. Fundamental para establecer y mantener hechos y eventos a largo plazo en la memoria. Relacionando así la ansiedad con una mayor vulnerabilidad a la aparición del Alzheimer.
  • Desequilibrios en los neurotransmisores

El hipotálamo

Regula las emociones y el miedo y aumenta el ritmo cardíaco, la respiración, la tensión muscular, necesaria por si tenemos que huir o luchar

El hipotálamo activa el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y da como resultado la producción y secreción de cortisol, la hormona del estrés.

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