Así, pasando por la transformación de la ansiedad, llegas a una etapa en la que te sumerges en el ritmo natural de la vida, es decir, con momentos de estrés y con momentos de relajación, con momentos de alegría y con momentos de melancolía tal vez, pero sin llegar a los extremos de la manía o la depresión.

Cómo funcionan los ansiolíticos

Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en algún momento de su vida, cuatro de cada 10 españoles ha tomado ansiolíticos. En el caso de cinco mujeres, la mitad de la muestra, es decir, el 50% de la población. Y a principios de este año 2013 se estimaba que cerca del 29% de la población general había tomado medicamentos para controlar la ansiedad, los conocidos ansiolíticos o Benzodiazepinas. Con estos datos nos damos cuenta de que los ansiolíticos son uno de los medicamentos más recetados por los médicos y más consumidos por los usuarios, aunque los tomamos a menudo y no tenemos del todo claro su eficacia, pero como nos sentimos tan mal, no nos preguntamos demasiado. muchas preguntas. cosas. Nos tomamos la pastillita y al rato notamos una sensación relajante… uff, se acabó.

¿Cuándo la ansiedad se vuelve desadaptativa?

Cuando la ansiedad aparece con excesiva frecuencia e intensidad, puede llegar a ser claramente disfuncional para la vida de la persona que la experimenta. Es entonces cuando pasamos a considerar un trastorno de ansiedad, ya que no es adaptativo, provocando un intenso malestar.

• “Tengo miedo de lo que pueda pasar en el futuro”
• “Tengo miedo al fracaso”
• “Y si pierdo mi trabajo”
• “Y si pierdo a mi mujer”
• “Y si este dolor es algo malo”

¿Cómo reacciona tu cuerpo ante el miedo?

Las pupilas se dilatan y se dispara la atención para percibir todo con más claridad; el cerebro envía una señal que prepara al cuerpo para la acción: las glándulas suprarrenales secretan adrenalina y cortisol -la hormona del estrés- que, a su vez, desencadena otra serie de reacciones cuyo objetivo es fortalecer el sistema motor: nuestros músculos serán los que permitan huir o ganar la batalla.

• La respiración se vuelve rápida y superficial, y los bronquios se dilatan, aumentando la cantidad de oxígeno que ingresa al cuerpo.
• El corazón comienza a bombear más rápido para distribuir la energía por todo el cuerpo rápidamente.
• La sangre de la piel y otros órganos se dirige a los órganos directamente implicados en la acción: músculos, pulmones y cerebro.
• El hígado libera glucosa al torrente sanguíneo para alimentar los músculos
• Las venas y las arterias se contraen para aumentar el flujo de sangre a los músculos.
• El cuerpo deja de producir líquidos innecesarios y libera los que tiene acumulados: orina, heces, etc., para ganar ligereza y poder correr más rápido.
• El bazo libera glóbulos blancos para hacer frente a posibles lesiones que se produzcan «en la lucha» y glóbulos rojos para transportar más oxígeno.
• La sudoración aumenta para refrescar todo el sistema.
• El aparato digestivo se ralentiza: digerir no es una prioridad

La preocupación como elemento clave

Esta ansiedad tiene un aspecto muy importante: la preocupación. Este es el foco principal de la ansiedad generalizada y su síntoma más característico (2). Es lo que la diferencia de otros tipos de ansiedad y pone el foco en el pensamiento.