Las 5 etapas de la depresión y primeros signos de alarma.
Negociación
En la fase de negociación, comienzas a tomar contacto con la realidad de la pérdida mientras comienzas a explorar qué hacer para revertir la situación. Por ejemplo, cuando alguien es diagnosticado con una enfermedad terminal y comienza a explorar opciones de tratamiento a pesar de haber sido informado de que no hay cura posible, o que cree que podrá recuperar una relación que ya está rota para siempre si comienza a comportarse diferentemente. camino.
A medida que avanza el proceso de duelo y se acepta la realidad de la pérdida, se inicia el contacto con lo que implica emocionalmente la ausencia, que se manifiesta de diversas formas: duelo, nostalgia, tendencia al aislamiento social y pérdida de interés por la vida cotidiana. vida. Aunque a esta fase se la denomina “depresión”, sería más correcto llamarla “dolor” o “tristeza”, perdiendo así la connotación de que se trata de algo patológico. De alguna manera, solo el duelo por la pérdida puede iniciar el camino para seguir viviendo a pesar de ella.
Conclusiones
La respuesta a la pregunta “¿cuánto dura una depresión?” Es complejo y variable, sobre todo si se tiene en cuenta que existen diferentes tipos de depresión y que la respuesta a cada uno de ellos es individual, inconstante y no obedece a ningún patrón. Por eso, en la práctica, encontramos tanto depresiones breves como otras que duran años o incluso las que se cronifican de por vida.
La duración de una depresión depende de su gravedad. Las depresiones que cumplen los criterios de depresión mayor son las que tardan más en sanar y las que tienden a recaer y cronificarse, especialmente en los casos en que el paciente se niega a tomar la medicación; cuando no se utilizan antidepresivos, la depresión mayor puede durar de 6-9 a 15-18 meses, un largo período tras el cual tres de cada cuatro personas superarán la enfermedad pero con un 80 por ciento de riesgo de recaída.
Gran estresor o pérdida de reforzadores positivos
Se producen cuando nos enfrentamos a la pérdida drástica de un reforzador muy potente. Por ejemplo, enfermedad grave propia, enfermedad o muerte de un ser querido, divorcio, despido, etc.
Ocurren cuando se afectan varias áreas de la persona al mismo tiempo; Por ejemplo, problemas laborales, dificultades en la relación, discusiones familiares, etc. Si esta sucesión de hechos se prolonga en el tiempo, un pequeño acontecimiento sin demasiada importancia podría agobiar a la persona y causarle depresión
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